El  trabajo  social  nació  vinculado  a  la  ciencia  médica  caracterizado por  facilitar una asistencia directa basándose en el contacto personal, en la compresión y el soporte  emocional  de  las  personas  que  pasaban  por  un  proceso  de enfermedad  y  a  sus  familiares,  mediante  un  trabajo  de  ayuda  para  la  re-ubicación  de  sus  circunstancias  personales  y  familiares  debido  a  los  cambios sufridos, consecuencia de la enfermedad o la muerte.

 

El trabajo social sanitario está  definido como “la  actividad  profesional de tipo clínico  que  implica  por una parte, el diagnostico psicosocial  de la persona afectada como  aportación  al  diagnóstico  global y al plan de tratamiento y por otra parte el tratamiento (individual, familiar o grupal) de la problemática  psicosocial  que  incide  o  está  relacionada  con  el  proceso  de salud-enfermedad,  siempre  dentro  de  un  contexto  general  de  tratamiento  y en el orden de objetivos de salud a conseguir” (Amaya Ituarte).

 

Esta atención lleva implícita la tarea de orientar, cuando el problema lo necesite, al enfermo,  sus  familiares  y su entorno,  y  a  su  vez  al  equipo  sanitario  sobre recursos sanitarios y sociales que puedan ser adecuados para los objetivos de salud.

 

Tiene  “como centro   de   gravedad   la   atención   a   los   aspectos psicosociales  de la  persona  enferma  en  el  momento  en  que  su  enfermedad está siendo tratada médicamente, o cuando, una vez finalizado el tratamiento, se  requiere  un  seguimiento.

 

La  intervención  desde  el  trabajo social sanitario siempre toma como punto de partida la enfermedad que sufre la persona, el diagnóstico  médico  que  motiva  su  consulta  sanitaria  o,  incluso,  el  ingreso hospitalario, su vivencia” (COLOM, Dolors. El Trabajo Social Sanitario en el marco de la optimización y sostenibilidad del sistema sanitario. Ed.

Ekaina, 2010).

 

El trabajador social en salud es el profesional del equipo multidisciplinario que conoce las carencias y necesidades sociales de los pacientes, por lo que su trabajo radica básicamente en promover la utilización de los recursos disponibles, a través de sus funciones.

 

Los pacientes que ingresan a los centros de diálisis son evaluados por un equipo médico y participa en un proceso de inducción donde se incluye a sus familiares, es así como el trabajador social entra en contacto con el paciente y su núcleo familiar para levantar información respecto de aspectos socio-económicos que permitirán en lo posterior hacer continuos seguimientos en pro de mejorar sus condiciones de vida.

 

El profesional en trabajo social dentro de las unidades de diálisis desarrolla varias funciones entre las que constan: el orientar al paciente sobre interconsultas con entidades de salud y gestiona su trámite. Así mismo, diseña y evalúa permanentemente los procedimientos de atención al usuario, especialmente en lo que se refiere a la oportunidad y calidad; por otra parte, realiza de forma permanente la referencia y contrarreferencia cuando se requiera, dentro de la estrategia de redes de servicios de salud; y, realiza la remisión a usuarios de acuerdo a su problemática social.

 

De forma permanente el trabajador social se encarga de analizar y actualizar la información sobre las necesidades, expectativas y percepciones de los pacientes, con el propósito de mejorar las acciones que se deban implementar para ese paciente en particular y brindarle así un servicio de calidad con calidez. Las actividades del trabajador social giran en torno a la orientación de los pacientes y sus familias sobre las rutas de atención del sistema de salud y a brindarles información sobre la enfermedad y las pautas a seguir para hacer frente al manejo externo de la problemática, incluso llega a promover en todos ellos estilos de vida saludables a través de charlas informativas.

 

El compromiso que asume el trabajador social se ve reflejado todos los días en el contacto diario con los pacientes y sus familiares para ayudarles en la resolución de los problemas o deficiencias del paciente o la familia, con una constante orientación para fortalecer los vínculos familiares y ayudarles para que aseguren la salud.

 

Es así como la mayor satisfacción del trabajador social se ve reflejada en el proceso de acompañar y orientar a las familias y a las personas que adolecen enfermedad renal para que sean promotores de la recuperación de su salud.